Las imágenes controlan nuestros pensamientos. Todo lo que entendemos, o creemos entender, llega hasta nuestras mentes a través de imágenes; de todo tipo: visuales, auditivas, táctiles. Eso nos lleva a preguntarnos si vivimos en una especie de caverna platónica y si la realidad que conocemos es la "real". Porque ¿qué es la realidad?
El concepto de real cambia constantemente. Es una palabra que vive en una incesante metamorfosis.
Para mí este concepto está intrínsecamente relacionado con la felicidad; la felicidad de una vida.
Cualquiera puede ser feliz viviendo influenciado por el mundo que le rodea. Es ese conformismo el que nos lleva a dejarnos llevar por la corriente de la vida, por ese haz de luz que viaja hasta acabar en esa oscuridad plácida que es la muerte.
Todos vemos carteles en las calles y autobuses, anuncios de distintos productos en la radio o la televisión, noticias en los periódicos... Estos actos están circunscritos en el interior de una etiqueta mayor; la publicidad. Esta publicidad nos crea y moldea como quiere; siempre y cuando le permitamos hacerlo. Las imágenes con las que nos bombardea, ¿podemos evitarlas? Mi respuesta es un sí rotundo. Debemos cerciorarnos de lo que nos hacen creer como real, documentarnos sobre el tema y poder decidir si creer o no. Cuando vayas a comprar, por ejemplo, has de ser consciente de lo que quieres y de lo que no. Que ni la música que haya en el establecimiento ni "el como le queda esa chaqueta al maniquí" te den falsas energías para hacer algo que no quieres. Contrólate, se consciente de lo que quieres y no te dejes encadenar a los grilletes de la publicidad. De este modo podrás ser feliz, ser tu mismo, ser consciente de tu realidad y hacer de las imágenes unas compañeras; amigas para que te acompañen el resto de tu vida, porqué las imágenes son bellas, son un arte, un modo de expresión, la via de escape de muchos artistas que necesitan dejar su huella.