30/11/13

Como mi proyecto llegó a ser mi proyecto.

Antes de nada, decir que el resultado final de lo que ha sido mi proyecto trimestral, dista mucho de mi idea original en cuanto a forma. El mensaje sí que transmite mi pensamiento primero. Comencé mi proyecto pensando en temas sobre los que trabajar. Como siempre hago cuando se me presentan estos momentos, fui directo a buscar canciones. Me apasiona la música, y es el arte que, a día de hoy, consigue despertar más inquietudes en mi persona; brindándome sentimientos, cascadas de ira, amor, desolación y, en este caso de libertad y lucha. Tengo una libreta pequeña, que alberga más verdad que una biblioteca; en la que anoto temas que me han hecho sentir su mensaje. Entre estas canciones me decanté por basarme en "Redemption songs" de Bob Marley; una canción que habla de libertad, de cooperación, de lucha y de superación.
Acto seguido comencé a darle forma a mi idea inicial. Busqué conseguir un nexo de unión entre la música y la fotografía, para plasmar lo que deseaba transmitir. Me vino a la mente la idea de usar cuerdas. Cuerdas que no te permitieran hablar. Cuerdas que te encerraran y mantuvieran recluído, encerrado en libertad. La idea me pareció muy acertada; y perfecta teniendo en cuenta que también representan las cuerdas vocales de la persona:
"sin ellas no podemos hablar; eso es un hecho; pero ¿y si ya que no las podemos usar por nosotros mismos, las mantenemos fuera de nuestro cuerpo?. ¿Acaso no serviría para hacer ver a los demás que estamos oprimidos, censurados?"
Entonces empecé a trazar unas cuantas ideas en una hoja de papel. Diferentes composiciones en qué poder plasmar mi emoción y sentimiento. Pretendía conseguir alrededor de 5 instantanias sobre fondos neutros.
La semana pensada para la toma de las fotos se presentó lluviosa, gris y oscura. Pensé en esperar un día con más luz natural, ya que las imágenes no las quería tomar con trípode y temía que no salieran tan nítidas como deseaba. Esperé y el tiempo no mejoró hasta el jueves de la semana antes a la puesta en común. Aquél era EL DÍA. Fui al instituto aquella tarde, alrededor de las 4, y monté todo lo necesario para la sesión. Llevé reflectores, sábanas como fondo y, como no, las cuerdas. Había pensado hasta en el vestuario. Pero tuve que marchar un momento. Volví a las 5 con Ana; mi ayudante; la tomadora de instantanias. Una vez empezamos a fotografiar ya estaba anocheciendo. Volví a casa tras esa cansada tarde y, nada; todas las tomas las tuve que rechazar; no me convencía ninguna. Llegó el enemigo más bárbaro; el ESTRÉS. Al día seguiente entreno de tenis toda la tarde; la semana clave cargada de exámenes y el día antes de la puesta en común muerto; asesinado temporalmente por dos idiomas; alemán e inglés. Así que no había otra opción; el domingo por la mañana realicé algunas tomas; con una luz suficiente, en la terraza de mi hogar. Las tomé mientras sonaba la canción sobre la que he trabajado; así podía sentir cada momento y oler el mensaje. Pese a lo improvisado del momento, hubo tres fotografías que me gustaron; aunque sin el fondo neutro que buscaba. Para saldar lo anterior, retoqué las imágenes con Photoscape. Les di una capa de color azulada; más misteriosa, y subí la temperatura del color. Mejoré el contraste y oscurecí toda la zona de la imagen que no me interesaba; para dejarla lo más neutra posible.
Para acompañar el proyecto pensé en una frase; una sentencia de libertad. Quedé satisfecho con el resultado final y pude respirar tranquilo.

AQUÍ VAN UNAS CUANTAS TOMAS DEL DÍA DE PRUEBAS









AQUÍ VEMOS EL RESULTADO FINAL DEL PROYECTO. AL IMPRIMIR LAS IMÁGENES SALIERON MÁS OSCURAS QUE COMO ERAN INICIALMENTE; EN ALGÚN CASO DEMASIADO OSCURAS.




EL TEXTO QUE ACOMPAÑÓ A LAS FOTOGRAFÍAS FUE EL SIGUIENTE; IDEADO POR MÍ MISMO:

¿Y qué importa si tengo la boca cerrada?, ¿y si no puedo ver, qué más da? Mejor tener las cuerdas afuera, porque para guardarlas dentro, censuradas, mejor no tenerlas. Al menos fuera, aunque inútiles, gran uso hacen a la causa; porque el no tener voz no te priva de hablar, ya que tu silencio mártir puede decir más de lo que tú mismo podrías expresar.

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