DRIVE
Esta película la vimos en clase y de ella quiero recalcar su ambientación y la atmósfera que crea; de expectación. Las instantanias que componen el film son bastante oscuras; con sombras muy marcadas y luces dirigidas y tenues. Esta iluminación combinada con un gran número de secuencias nocturnas donde los focos de luz ganan importancia crean esa atmósfera tensa y delictiva; expectante.
El protagonista queda caracterizado por unos guantes que lleva al conducir; para no dejar huellas; y por una chaqueta en la que se ve un escorpión que representa su personalidad.
La película le da importancia al tiempo. En algunas partes el director juega con silencios y con falta de diálogos. Sin embargo, en otras secuencias el tiempo se hace muy importante y cada segundo cuenta. Incluso se marca con el tic-tac de un reloj; mientras el protagonista espera que algún delincuente acabe su tarea.
La banda sonora es constante y ayuda a tensar aun más la situación. Para de repente, vuelve a sonar, sube el volumen, intensidad...
La película presenta riqueza y variedad de planos. El actor protagonista es visto mientras conduce desde muchos puntos de vista distintos.
Además Ryan Gosling consigue mantenerse relajado e impasible mientras la acción desarrollada a su alrededor se tensa, se crispa y se vuelve más y más arriesgada y trepidante.
Un dato curioso es que el nombre del protagonista no se conoce; lo que nos cerciora de su no-identidad y aclara que no es necesario conocer ni su pasado ni su historia.
Only God forgives
En esta segunda película, del mismo director de Drive, podemos decir que vemos un poco más de lo mismo. En este caso, en mi opinión, ha perdido algo de esencia comparándola a la anterior. Por otro lado, la belleza formal de ésta es immensa, y cada imagen está pensada al milímetro y es exquisita. Quizá es ese detalle, ese pensamiento minucioso el que hace que el argumento sea menos real, y que nos dificulta el meternos en la película; cosa que si que conseguía Drive. La iluminación sigue en su línea; tenua, dirigida y aprovechada al máximo. El ambiente nocturno también está presente en la película. Hay una contraposición entre ambientes de suburbio, como ya los había en Drive, y otros lujosos a más no poder. Hay un diálogo escaso y cuando vemos uno, no nos aclara gran cosa.
El argumento es bastante sencillo; una serie de venganzas en las que se nos presentan muertes a doquier y escenas salvajes. Lo que vendría a decirnos la película es que nadie escapa de su destino y de que nuestras acciones tienen consecuencias. Nadie sale impune de ellas.
Un fallo que le encuentro es que en este caso Ryan Gosling no ha conseguido mostrarnos como es. En Drive si lo consiguió; y yo la he visto una película demasiado vacía y sujetiva, destinada a ser odiada por muchos y amada por pocos ya que a nadie dejará indiferente. La recomiendo, pero únicamente por el arte que desprende y la belleza formal de la que he hablado antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario